La tecnología de registros distribuidos (DLT, por sus siglas en inglés) es la base del blockchain y permite almacenar datos de manera descentralizada. En lugar de depender de una sola entidad, la información se replica en múltiples nodos, asegurando transparencia, inmutabilidad y resistencia a fraudes. Su aplicación en el sector financiero optimiza la trazabilidad de transacciones, reduce costos operativos y mejora la seguridad en pagos y transferencias. Bancos y fintechs están explorando su uso en liquidaciones de activos y sistemas de identidad digital, lo que podría revolucionar la forma en que gestionamos nuestros datos financieros.