En tecnología, lo que hoy es tendencia, mañana puede quedar obsoleto. Por eso, el upskilling (aprendizaje de nuevas habilidades dentro de un mismo rol) y el reskilling (capacitación para un puesto diferente) son esenciales en RR.HH. Empresas tech invierten en formación continua para que su talento evolucione con la industria. Desde cursos en programación hasta certificaciones en inteligencia artificial, el desarrollo profesional es una estrategia clave para retener empleados y mejorar la competitividad. Apostar por estas prácticas no solo beneficia a los trabajadores, sino que también permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.